En la tarde del pasado domingo Concha y
yo dimos un paseo desde Pajares remontando el Arroyo de Santa Águeda
en busca de los restos de Yertega.
Yertega fue un concejo , allá por el
siglo XV, y quizás antes
(vide Luciano Municio. Cuadernos de
Villa y Tierra nº 2 , junio 1997)
que perduró hasta el
siglo XVI, situado en el valle del citado rio Santa Águeda, entre
tierras del actual Arahuetes y Pajares.
Caminamos los susodichos Concha y
Antonio, con Zeus, no rrio ayuso,
como dijo Juan García en 1.426, sino rrio a-suso,
es decir, contracorriente, aunque corriente no había porque es
verano ya bien entrado, sino solo restos de algunos bodones.
Seguimos
el camino que bordea el arroyo por su margen izquierda,
haciendo más atención a la flora que a la pesca.
El
paraje no puede ser más tranquilo, aunque una panda de rabilargos y
arrendajos nos recibió con grande escandalera, señal de que no
deben estar muy acostumbrados a visitas de humanos.
Atravesamos
gratas alamedas
y tras rodear un pequeño meandro, avistamos los
restos de un puente de madera
que dudo existiera cuando Juan García (en el siglo XV) dijo a Santos García al sorprenderle pescando a deshora:
“Santos: esto non
paresce bien a tal tiempo andar a pesca”
E respondió el dicho Santos:
“que vos da a vos por
eso”
Algo más rio
arriba (suso) atravesamos restos de cercas perpendiculares a
la caz del río, y algo más separados del arroyo dimos con los
restos de una pared que delimita, ahora, una finca rústica, pero
cuyas piedras, por su tamaño y forma, nos hacen pensar que podrían
haber pertenecido a la aldea perdida de Municio: Yertega.
¿ Acaso
es lógico que alguien acarree esas piedras desde Pajares o Arahuetes
(más de kilómetro y medio) solo para delimitar parte de una finca
de no más de una hectárea?
Como ya
era algo tarde decidimos volver sobre nuestros pasos sin intentar
llegar al cruce con el camino que va de Arahuetes a Arevalillo (que
no distaría más de 600 metros desde donde estábamos) donde hace ya
unos años vimos las ruinas de lo que pudo ser la iglesia o ermita de
Yertega.
Habrá
que volver... y ver... y buscar... y disfrutar...
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